Nuestra música
Danza de los caballeros
Sergei Prokofiev
El ballet Romeo y Julieta del ruso Sergei Prokofiev pudo estrenarse a finales de diciembre de 1938, pero no en la Unión Soviética, sino en Brno, Checoslovaquia, después de muchos intentos de hacerlo en su país de origen y fracasos sucesivos ocasionados por la falta de alineamiento de su autor con la línea creativa realista impuesta por los bolcheviques. Además, debido a su complejidad rítmica, inicialmente fue calificada de imbailable, por lo que Prokofiev hubo de utilizarla en el desarrollo de una suite orquestal y diez suite para piano.
El estreno soviético de la pieza se produjo finalmente en 1940, en Leningrado, actual San Petersburgo. Por su ritmo y composición, dramática fuerza descriptiva, delicadeza y la inclusión de instrumentos musicales poco habituales en una orquesta –incluidas maracas y panderetas-, Romeo y Julieta es una de las obras maestras de Prokofiev y una de esas obras que supo resistir el envite de la considerada música moderna, entre otras cosas, por el favor de la audiencia.
El ballet, inspirado en el Romeo y Julieta de Shakespeare, consta de tres actos, quince escenas y 50 números musicales, de los que varios gozan de gran popularidad, especialmente el número 13, la Danza de los Caballeros. Se trata de un momento inocente en el que Romeo conoce a Julieta en una fiesta de los Capuletos a la que no fue invitado. Quizás, el ambiente siniestro que nos sugiere la música sea una especie de advertencia de lo que viene después.